Comentaba hace unos días que a mí no se me tocan los huevos. Que la gente que intenta joderme acaba mal.
Recuerdo un tipo de la universidad, que con 19 años intentó pegarme una puñalada trapera. Un año después tuvo que dejar la carrera. Cuatro años después estaba ciego (y no me refiero a borracho, precisamente). Un elemento en mi familia se pasó de listo con nosotros. Dos años después, un cáncer al que ha sobrevivido, pero en un estado en el que preferiría haber cascado. Otro tipejo, antiguo amigo, me tocó los huevos y después de perder el trabajo su vida va sin dirección. Una ex que iba de monísima guay por la vida se ha convertido en una gorda mocha que da grima verla.
Por otro lado, hay una farola en mi barrio que se apaga cuando paso a su lado. Sea la hora a la que sea. Un torniquete de la renfe se abre solo cuando llego yo, sin meter el billete. Hoy me ha pasado con otro en Méndez Álvaro.
De vez en cuando, se disparan las alarmas cuando estoy yo cerca. En sitios abiertos o cerrados, antiincendios o de robo.
Si fuera un supersticioso o un esotérico de fin de semana, empezaría a buscar señales de qué está pasando, o me preguntaría que tipo de poder tengo. Pero como soy un maldito fanático del empirismo, no paso de pensar que las leyes de la probabilidad juegan a mi favor. Y eso mola. Por mucho que hablen de "buena estrella", "ángel de la guarda" o demás conceptos incomprensibles.
Y si tuviera un ángel de la guarda, viendo cómo se las gasta, estoy seguro de que sería el que se cepilló a Sodomitas y Gomorritas y el que se cargó a todos los primogénitos de Egipto.
Decía la novia de Stan en un capítulo de South Park "Nadie le toca los cojones a Wendy Testaburger". Parece que se me podría aplicar la misma frase, jejeje...
Recuerdo un tipo de la universidad, que con 19 años intentó pegarme una puñalada trapera. Un año después tuvo que dejar la carrera. Cuatro años después estaba ciego (y no me refiero a borracho, precisamente). Un elemento en mi familia se pasó de listo con nosotros. Dos años después, un cáncer al que ha sobrevivido, pero en un estado en el que preferiría haber cascado. Otro tipejo, antiguo amigo, me tocó los huevos y después de perder el trabajo su vida va sin dirección. Una ex que iba de monísima guay por la vida se ha convertido en una gorda mocha que da grima verla.
Por otro lado, hay una farola en mi barrio que se apaga cuando paso a su lado. Sea la hora a la que sea. Un torniquete de la renfe se abre solo cuando llego yo, sin meter el billete. Hoy me ha pasado con otro en Méndez Álvaro.
De vez en cuando, se disparan las alarmas cuando estoy yo cerca. En sitios abiertos o cerrados, antiincendios o de robo.
Si fuera un supersticioso o un esotérico de fin de semana, empezaría a buscar señales de qué está pasando, o me preguntaría que tipo de poder tengo. Pero como soy un maldito fanático del empirismo, no paso de pensar que las leyes de la probabilidad juegan a mi favor. Y eso mola. Por mucho que hablen de "buena estrella", "ángel de la guarda" o demás conceptos incomprensibles.
Y si tuviera un ángel de la guarda, viendo cómo se las gasta, estoy seguro de que sería el que se cepilló a Sodomitas y Gomorritas y el que se cargó a todos los primogénitos de Egipto.
Decía la novia de Stan en un capítulo de South Park "Nadie le toca los cojones a Wendy Testaburger". Parece que se me podría aplicar la misma frase, jejeje...
2 comentarios:
Como ya te dije, puede que sea gracioso lo de la farola, y divertido lo del metro (ambas cosas juro que son ciertas), pero lo de que a la gente que tienes cerca le pasen cosas horripilantes no es algo como para ir contando... viviría mas tranquila si pensases que son cosas que pasan, y que no tienes nada que ver en ello.
y yo soy el pata lucas cua , cua ,cua.
y mas respeto al rap y hiphop.
y menos gritos en las canciones.
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