11.- Para mí, las conversaciones no son un río. Son un árbol, y aunque te vayas por una rama, el tronco principal sigue ahí. Vamos, que si el tema de conversación A deriva en el B, y éste en el C, cuando se acabe el C hay que volver al B, y finalizado éste, al A.
12.- No puedo dejar una frase a medias. Si no me viene a la cabeza la palabra exacta que quiero usar, la diré cuando me venga. Aunque sea 10 minutos después. Afortunadamente, no me ocurre a menudo.
13.- No es que hable mientras duermo. A veces también, pero por lo visto, mis noches son divertidísimas. Me río mientras duermo.
14.- Tengo alergias musicales. Odio (no, mejor aborrezco) el flamenco y los ritmos sudaconeses. Si entro en un bar y ponen sevillanas o reguetón, me pongo de una mala hostia de espanto. Lo mejor que puedo hacer es largarme.
15.- Hablando de alergias... Tengo alergia al sol y a la plata. Lo del sol lo descubrí en Punta Cana (tiene cojones la cosa, una semana en el caribe con un sarpullido enorme por todo el cuerpo).
Lo de la plata... Bueno, matizado. Sólo en el meñique de la mano izquierda. Mola, ¿eh? Parezco un cruce entre Vampiro y Hombre Lobo. Pero sin pelos.