lunes, mayo 25, 2009

Campaña electoral simulada

Ya tenemos al PSOE sacando sus mejores armas para la campaña electoral de las europeas. Y, como siempre, no hacen una sola propuesta. Se limitan a atacar al PP, anclándose en el ridículo "que viene la derechona" de Guerra en el 96. Se ve que las armas en cuestión son mal gusto y bajeza moral, que ideas no deben tener.

Ahora yo me pregunto. ¿Y si fuera al revés? ¿Y si fuera el PP quien se dedicara a atacar por la vía rastrera al PSOE en lugar de exponer sus ideas? ¿Qué harían los talifanes del PSOE? ¿Saldría otra vez que si golpe de estado, que si fascismo y expresiones de inteligencia limitada similar? Supongamos algo así:

Hola. Soy el PSOE. Quiero tu voto para poder seguir robando. Y si me tocas los cojones, no te olvides de que no me corto un pelo practicando el terrorismo de estado, ¿o es que quieres ser tú el asesinado número 24? ¿Cómo? ¿Te sorprende que defienda el terrorismo? Pero hombre, si Jose Luís se ha referido a Otegi como hombre de paz... ¿de verdad te coge de sorpresa? Pero no se te ocurra protestar. Como me toques las narices, te dejo en pañales. Eh, que de algún sitio tengo que sacar la pasta para pagar joyas a las mujeres de mis sirvientes, o para fletar aviones oficiales para mandar de compras a Sonsoles... ¡o para actos de partido, que el PSOE es más importante que España! Y si protestas, te mando a Roldán a tu casita a que te desvalije. ¿Bajar el nivel de gasto? ¡Tú estás tonto! ¿Con la crisis que hay, gastar menos? La verdad, un poco tonto sí debes ser... ¿Recuerdas que siempre se ha dicho que los dos primeros años de gobierno de un partido están marcados por la herencia del anterior gobierno? ¡Pues nosotros acusamos a Aznar de la crisis, que hace 5 años que no está, y la gente se lo cree! Es que me encanta la inocencia de los votantes. Ponemos como ejemplo de nuestra gestión Andalucía y Extremadura, líderes en paro y mala gestión... ¡y nos votan! Basta con acusar al rival de la primera tontería que se nos pase por la cabeza para meter el miedo en el electorado. ¿Quieres ejemplos? A ver. Nosotros estuvimos a punto de hacer quebrar la Seguridad Social. ¿Recuerdas que el gobierno socialista de la legislatura del 93 aconsejó que la gente se hiciera un plan de pensiones? Llegó el PP y saneó las cuentas, aseguró la cobertura sanitaria para todo el mundo y garantizó las pensiones. Pero nosotros decimos que el PP quiere privatizar la sanidad... ¡y los imbéciles como tú se lo creen! ¿La educación? Lo mismo. El PP hace una ley para asegurar la calidad en la enseñanza, que exige unos mínimos de calidad al profesorado. Nosotros decimos que el PP quiere privatizar la educación y eliminar las becas. Añadimos un par de conciertos (Mago de Hez y algún otro mugriento por el estilo) a la cosa... ¡y todos los estudiantes a la calle! Qué majos, tan fáciles de manipular como sus papás. ¿Que te parece poco? Bueno, si hace falta se organiza una manifestación frente a la sede del PP en plena jornada de reflexión. ¿De qué les acusamos... ? ¡Ya está! ¡Les llamamos asesinos! ¿Que lo del 11M lo han montado terroristas islámicos? ¡Qué mas da! Una mentira repetida suficientes veces acaba siendo aceptada, y sólo hace falta que la gente se crea que los asesinos del 11M sean los del PP un par de días... Desde luego, es que los del PP son malos, ¿eh? ¡Fueron ellos los culpables del pelotazo inmobiliario! (a ese chulo que dice que empezó durante el gobierno de Felipe, una inspección fiscal). Y los muy cabrones bajan los impuestos directos pero suben los indirectos (y a ese otro que dice que Zapatero ha subido los directos y los indirectos, le aplicáis la ley Corcuera y que Vera y Barrionuevo hagan algo con él, por listo). Y si hemos sido capaces de duplicar el paro, piensa que siempre puedes ser tú el siguiente que caiga.

Aprende la lección: aquí las cosas se hacen como digo yo. Como dijo Alfonso, el que se mueva no sale en la foto. Y si te quieres mover... atente a las consecuencias.

Pues si el PP hubiera hecho una campaña de estas características, yo, asqueado, habría votado al PSOE. Por mucho que no simpatice con sus ideas, por mucho que crea que la gestión de Zapatero está entre mediocre y mala, si la alternativa es escoria que apela al rencor en lugar de hacer propuestas serias... cualquier cosa antes que eso.

Así que, dado que el PSOE ha hecho ese tipo de campaña, y no teniendo la más mínima intención de votar en las dichosas europeas hasta el día antes del inicio de la campaña, puedo decir que me estoy sintiendo empujado fuera del grupo de la abstención. Y sí, de votar (que aún no está del todo claro), lo haré al PP. Y sin ser capaz de comprender cómo puede haber gente que vote a los ***** (inserte el taco apropiado) que han hecho esta campaña.

domingo, mayo 24, 2009

Pirateo audiovisual

Tenemos una ministra de cultura que está asustada por el hecho de que la cultura se difunda gratis por internet. Y me parece muy bien, cada uno tiene derecho a asustarse con lo que quiera. A unos les da miedo internet, a otros les dan miedo los zombies (a mí me dan pena), y a mí me dan miedo las arañas y los niños. Pero lo de la cultura en internet lo veo, más que como un peligro aterrador, como la pérdida de una patente de corso que un colectivo privilegiado venía teniendo desde tiempo atrás.

Me explico.

Si yo voy a una tienda y me compro unos pantalones (vaqueros, con algo de campana, talla 48) y llego a casa y veo que la tela es de mala calidad y no da la talla que he comprado, vuelvo a la tienda y pido que me los descambien. Si me devuelven el dinero o me lo cambian por otro artículo es otro cantar, pero la morralla se la quedan ellos. Si en unos grandes almacenes me compro un electrodoméstico que no tiene la calidad deseada (una nevera que hace ruido, un microondas con menos potencia de la anunciada...), pido que me lo descambien y nadie pone ningún problema. Pero hay dos casos en los que te mandan un poco a la mierda en la política de descambios por producto insatisfactorio. El primero es comprensible, el segundo es grotesco.

El primero es la ropa interior. Y me parece bien, coño. Que viví 34 años en Madrid y más de 15 como usuario habitual del transporte público. La gente es sucia y huele mal. Me da bastante grima la idea de comprar un calzón que puede haber llevado un tipo sudoroso incapaz de recordar la última vez que se lavó los bajos.

El segundo son los productos audiovisuales. Y aquí está el meollo del tema.

En cualquier tienda te dicen que no te descambian un cd o un dvd si está abierto, a no ser que sea por otro igual. Vamos, que comprar música o películas se convierte en una apuesta a ciegas. ¿Merece la pena tal disco o tal película? Te tendrás que fiar de lo que te enseñen, que nunca es todo. De las películas te tienes que fiar del trailer, aunque no sea ni minimamente representativo. No sería la primera vez que un trailer magnífico esconde detrás un bodrio de proporciones épicas. Los seguidores de la serie de televisión El Séquito recordarán el caso de Medellín. En el caso de la música... ¡hey, en la radio puedes escuchar lo que vas a comprar! Pero hay un pequeño detalle. En la radio te ponen el hit single del disco, ese temazo memorable que supuestamente hace que valga la pena dejarse los 20 euros de vellón que suele costar un disco. Lo que ocurre es que en ese cd hay otras nueve o diez canciones más, y hay ocasiones en las que escupirías a la cara del que las ha compuesto, y tras ello te flagelarías por haber hecho el canelo de semejante manera. ¿Ejemplo? Pues el último, Have A Nice Day de Bon Jovi. El tema título -y primer single- es memorable. De esos que siempre metes cuando haces un recopilatorio del grupo. ¿El resto del disco? ¿Merece la pena perder tres minutos de tu vida escuchando Welcome to wherever you are, Last cigarette o Wildflower? Merece la pena pasar tres minutos pateando una entrepierna, lo que no se es si la de Jon Bon Jovi por componer esos bodrios, o la del productor que dijo que eso eran temas dignos de ser editados.

¿Y a qué viene todo esto? Internet ha traído la posibilidad de escuchar antes de comprar. De darte cuenta de cuándo un disco es realmente bueno y merece la pena o cuándo es un mero sacacuartos. ¿Estoy diciendo que yo me bajo música? Pues sí, pero eso no implica que haya dejado de comprar discos originales. Despues de pringar con Have A Nice Day, pruebo antes de comprar. Y el siguiente, Lost Highway, se quedó en la estantería después de oír que tenía una canción mediocre y el resto era basura. Pero también hay que decir que Gothic Kabbalah de Therion se vino conmigo tras sólo una oída, así como el Live In Switzerland de Gotthard o A Matter Of Life And Death de Iron Maiden. Y no sólo eso, también bajarse discos de internet sirvió para constatar que St. Anger de Metallica era una de las mayores ponzoñas que he oído, pero que con Death Magnetic se han redimido por completo y puede que sea uno de los mejores discos que he oído en los últimos años.

¿A quién tiene entonces que asustarle internet? A los que no confían en la calidad de su producto. A los que son plenamente conscientes de que son mediocres, de que si se sabe qué es lo que realmente están intentando vender se van a comer los mocos.

¿Sabes qué te digo? Que se jodan. Si la estrategia de esta gente es confiar en que el comprador se confunda para llevarse su dinero, no puedo evitar desearles el más absoluto de los fracasos. Pero tranquilos todos, que el tiempo pone a cada cuál en su sitio. Y los que hacen buenos trabajos, por mucha piratería que haya, se van a forrar. Y los que hacen basura, tendrán que recurrir a tácticas miserables para poder seguir viviendo del cuento.

Y ya que hablamos de Metallica y Death Magnetic...

miércoles, mayo 20, 2009

Elecciones otra vez

Europeas tocan, señores. Tenemos que elegir a los tipos que vamos a mandar al culo del mundo a pegarse la vida padre tocándose los huevos y cobrando un pastizábal. Además, los tipos en cuestión tienen la costumbre de ser viejas glorias jubiladas.

¿Hacen algo los europarlamentarios? Buena pregunta. No soy politólogo, pero mi percepción personal es que más bien poco. Y es una percepción habitual, porque si no no se explican los índices de participación en el referéndum de la Constitución aquélla (en el resto de Europa, les interesa más o menos lo mismo, pero la valoración es peor aún).

Tenemos en el PSOE una lista en la que están Maleni "predicción" Álvarez y Carmen "jóvenas" Romero, con una línea editorial con la que simpatizo como con una patada entre el hígado y el bazo. En el PP, más cercanos a mis ideas pero no acertando en la diana y actualmente más perdidos que un pulpo en un garaje, tenemos de cabeza a Mayor Oreja, un tipo al que, tras oír una barbaridad que me puso los pelos de punta en una campaña vasca hace la tira de años, metí en el mismo saco que a Esperanza Aguirre: que les vote su santa madre, que el menda tiene unos ciertos principios. ¿Izquierda Unida? Amos, anda. Para eso, el Partido Pirata, o Amigos del Cannabis o algo por el estilo. ¿Lo más probable? que no vaya a votar. Son unas elecciones con partidos con los que no simpatizo con candidatos que han aparcado de la política nacional (la importante, vamos) a discutir sobre el sexo de los ángeles a un sitio donde las dietas son la hostia. Mira, mejor no, mejor me abstengo y santas pascuas.

A lo que iba, que me desvío.

Hace unos días apareció en la carretera que va al polígono el primer cartel. Los más madrugadores fueron los peperos, y nos obsequiaron con esta cara de Don Jaime (Mayor Oreja, no Marichalar):

La primera sensación que tuve fue de grima. Vale, puede ser el rechazo personal que siento por él. Pero es que mi mujer dijo "tiene cara de demonio".

En el momento, no me pareció que tuviera razón. No se parece a esas caras rojas afiladas con cuernos, como el demonio típico.

Pero dándole vueltas, días después, sí que empezó a parecerme demoniaco. No del típico que te pincha con un tridente cuando estás en un caldero al fuego, sino del tipo negociador, de ese que viene a hacerte una oferta por tu alma cual banquero tras tus ahorros. ¿Y si le damos un toque rojizo a esa foto...?


No, buen rollo no me da. Y no me ofrezca soluciones ni nada por mi alma, que aún la he usado poco y no tengo ganas de venderla.

Vamos, que no. Que no voy a votar a ninguno. Y o la cosa cambia mucho, o esto es el primer paso de una costumbre.

domingo, mayo 17, 2009

Los hombres que no amaban a las mujeres

Habitualmente, no suelo hacer caso de las recomendaciones literarias de casi nadie. Para gustos, los colores y todo eso. Cada cual tiene unas preferencias, y uno ha nacido rarito. Uno de los libros que más he disfrutado en mi vida es La Biblia, pero como libro de narrativa en lugar de dogma, que uno tuvo la desgracia de caer en el ateísmo un par de años después de la primera comunión. Y una obra alabada por prácticamente toda la humanidad, El Señor De Los Anillos, se me hace cargante, aburrido, vacío por completo. Eh, allá cada cual. Acepto que haya gente que piense que un libro lleno de elfitos andando de un sitio para otro durante quinientas páginas es grandioso, pero para mí fue el argumento para no volver a acercarme a un libro de fantasía heroica en los cuatro o cinco años posteriores a su lectura.

Pero llegó mi cumpleaños y mi más antiguo amigo me regaló un ejemplar de la sopotocientésima edición del libro mencionado.

En condiciones normales, habría dado las gracias cortesmente y habría tardado meses en acercarme al libro en cuestión, si es que hubiera decidido hacerlo finalmente. Pero este libro ya había llamado mi atención -de hecho, más el título de la continuación, la referencia a la cerilla y el bidón de gasolina me resulta cautivadora-, y además el tipo que me lo regaló tiene la cabeza bastante mejor amueblada que el común de los mortales.

El problema es que el libro se presenta claramente como un best seller. Y este tipo de productos me suele hacer pensar que he perdido el tiempo leyéndolos. Aún me duele el tiempo que perdí leyendo esa bazofia infumable del Código Da Vinci. Y Los Hombres Que No Amaban A Las Mujeres... tiene el mismo formato, es el nuevo libro superventas, y antes de darte cuenta de que el libro existe, la película ya está en proceso. Pero ya con el libro en la mano, mi curiosidad veció a mi recelo y me volqué en él.

Las primeras páginas hicieron que tirara mi recelo a la basura. Nos cuentan como un tiburón de las finanzas pega un pelotazo económico que te dan ganas de levantarte de la silla y gritar "olé tus cojones". Pero no tardando demasiado, lo que parece que va a ser un libro de economía-ficción apasionante, se reconduce hacia un mucho más convencional género detectivesco. Da igual. Es un best seller, para cuando te quieres dar cuenta, ya estás enganchado.

Aún no he terminado de leerlo, pero tras haber leído las primeras 100 páginas de las más de 600 que son, ya tengo razonablemente claro qué ha pasado. Puede que me confunda, cierto... pero ya lo veremos. El problema es que según avanza el libro, la frescura del principio se va convirtiendo en un estereotipo con patas. Tenemos el héroe guapetón que se pasa por la piedra todo lo que se menea alrededor suyo, el friki raro pero encantador, el misterio de la habitación cerrada -aunque cambie la escala, no es otra cosa-, cliffhangers varios... ¡hasta la Biblia como inspiración -o algo- de crímenes grotescos!

A ver, no es ofensivo, como podía serlo la patraña del ignominioso Dan Brown. Pero sigue los pasos de multitud de obras previas. Y a su nula innovación se añade una desesperante afición a las listas, en plan "abrió el cajón y vio dos calcetines, un bolígrafo, un libro y tres monedas, y en el armario había dos pantalones, tres pares de zapatos, cuatro chaquetas y siete camisas". O por ponerse a enumerar listas interminables de políticos y empresas suecas. Para otros, no sé. Para mí, es una forma burda de llenar páginas con ruido.

¿Qué tenemos, pues? Un libro entretenido -sí, engancha, como todos los de su ralea-, con un misterio no demasiado misterioso, una narrativa al alcance de cualquiera y una película en ciernes. A ver, mezclemos en la coctelera todos los ingredientes... ¡Coño, un best seller! En su defensa, he de decir que aunque soy plenamente consciente de lo que estoy leyendo, no me siento insultado como con el otro que me niego a volver a mencionar.

Y sí, me está gustando. Y probablemente vaya a ver la película, y hasta me plantee leer la segunda parte si el final de la primera está a la altura. Escasas doscientas páginas me separan de ese momento...

miércoles, mayo 13, 2009

Facebook, exnovias y memoria

El argumento principal de los detractores de Facebook es que la gente que ha quedado atrás lo ha hecho por algo. O bien los intereses comunes han dejado de existir, o la relación se ha enfriado -o deteriorado- lo suficiente como para que no merezca la pena -o no exista voluntad de- conservarla. Hablando con uno de ellos de este tema, me decía algo así como que no tenía la más mínima gana de que según qué elementos de la época del instituto supieran de él. Más aún, imagínate que a una ex le da por curiosear e intenta ponerse en contacto contigo.

El cabrón de él sabe qué teclas pulsar. Tengo una estricta política sobre mis ex: no se le dirige la palabra a ninguna y punto. Eso de "quedamos como amigos" en mi caso se convierte en un "no esperes que vuelva a hablarte, y si tengo suerte jamás volveré a verte", que ni siquiera me molesto en expresar verbalmente. Una mala experiencia previa a la veintena -una ex con la que seguí hablando y hubo una desquiciada, olvidable y prescindible segunda parte- impuso esta sensata medida. El tema es que sus palabras hicieron que restringiera la visualización de mi perfil del jetalibro a mis amigos. Sí, antes lo tenía abierto a todo el mundo. Pelín exhibicionista que es uno. Pero, hey, tengo dos blogs. No me digas que no te lo esperabas.

Y no sólo eso. Me dio por pensar... ¿y si me pongo a rebuscar por ahí a ver si encuentro a alguna de mis ex? Nah. Paso. Y pasé el primer día. Y el segundo. Y varias semanas. Pero una curiosidad morbosa en un rato de aburrimiento frente al ordenador me hizo picar.

Y encontré a mi primera ex, con la que todo se acabó yo qué sé por qué. Juraría que algo había de un concierto o algo así, no recuerdo. Convertida en toda una mujer y con una niña en su foto de perfil que leyendo un par de comentarios -otra exhibicionista que lo tiene abierto- resulta ser su hija. Qué cosas.

Y encontré a la segunda... Más o menos. Había 7 entradas que correspondían a su nombre y apellido. Pero no la reconocí en ninguna. Había una foto que podría ser ella, pero... ¡joder, que la cosa se acabó hace unos 15 años!

Y la tercera... ¿quién era la tercera? Coño, que no me acuerdo... Me suenan de esa época una tal Cristina y una tal Sara. Pero... ¿cuáles eran sus apellidos? Hostia. La memoria empieza a jugarme malas pasadas. Cierto es que de esos años la que mejor recuerdo es una tal Guinness, pero...

¿Y la jevi aquélla? Sí, hombre, Stacy... Espera, que no, que Stacy era el mote que la pusieron los cabrones de mis colegas, por la novia de Wayne (de "El Mundo De"), aquélla de "Alarma, Stacy". Un rato he tardado en recordar cómo se llamaba Stacy. ¿Su apellido? Je. Misión imposible.

¿Y después?

...

Mi memoria ya no es lo que era. Empieza a no funcionar como antes. Y eso que hace mucho que no bebo... Bueno, anoche un poco de Bailey's con hielo después de cenar, pero no es como para tener esas lagunas.

¿Será cosa de la edad? La verdad es que cuando pienso que voy camino de los 37 la cosa se pone vertiginosa...