viernes, julio 15, 2005

Sin división

Recuerdo el 11 de marzo del 2004 como si fuera ayer. Ese día, salí de la estación de Atocha a las 07:20 horas, como casi todos los días, para ir a coger el autobús a la parada del Ministerio de Agricultura a las 07:30. El día antes me había despertado tarde y salí del tren a las 07:35. Fíjate tú, si me hubiera retrasado un día en dormirme...
Llegué al curro a Arturo Soria a las 07:55, como siempre. Y mientras me fumaba el primer pitillo de la mañana, abrí la web de El Mundo. Allí ponía algo muy raro de que había habido varias explosiones en la estación de Atocha.
Fui incapaz de procesar ese dato. Me quedé igual que cuando leo que Raúl no mete goles o que el borboncillo y la periodista son chupiguays.
Un rato después mi mente empezó a darle vueltas al tema. Y mi madre me llamó al fijo del curro (parece ser que las líneas móviles estaban colapsadas) y me lo contó. Y a partir de ahí empecé a aceptar lo que había pasado. Poco después empecé a recibir llamadas y mails de amigos interesándose por mí, gente a la que aprecio mogollón que sabía que no podían haber pasado más de 10 minutos entre mi paso por allí y la explosión.
Ese mismo día, mandé por mail la letra de la canción Undivided de Bon Jovi, escrita como reacción al segundo (y definitivo) atentado al World Trade Center. La letra es la siguiente:
That was my brother lost in the rubble
That was my sister lost in the crush
That was our mothers, those were our children
That was our fathers, that was each one of us
A million prayers to God above
A million tears make an ocean of
One for love
One for truth
One for me, one for you
I found spirit, they couldn't ruin it
I found courage in the smoke and dust
I found faith in the songs you silenced
Deep down it's ringing out in each of us
One for love
One for truth
One for me, one for you
Where we once were divided, now we stand united
We stand as one... undivided.
How many hands? How many hearts?
How many dreams been torn apart?
Enough, enough... the time has come to rise back as
One for love
One for truth
One for me, one for you
Where we once were divided now we stand united
We stand as one... undivided.
Precioso, ¿verdad?
Pues sí. Esos yankis atontados, de los que hablamos con desprecio y a los que miramos por encima del hombro, nos enseñaron que cuando uno sufre, todos están a su lado.
Cuatro años después, les ha tocado la china a los ingleses. Esta vez no ha sido un atentado contra un símbolo del capitalismo. Como en Madrid, ha sido en el transporte público, en el coche del obrero. Y los ingleses también han presentado un frente unido.
Pero nosotros no. Nosotros tuvimos que organizar manifestaciones para llamar asesino al presidente. Tuvimos un ministro que para colgarse la medallita de eficaz dio información incorrecta sin contrastar. Tuvimos una oposición que organizó una manifestación en la jornada de reflexión pasándose por el forro de los cojones la ley electoral, buscando votos entre los cadáveres. Y tuvimos una sociedad que llamaba hijos de puta y asesinos a todos los que decían ser del PP en los días después del atentado. Lo sé porque me pasó. Varios de ellos fueron los mismos que el 11 de marzo me habían llamado para preocuparse por mi vida.
Al final va a tener razón Arturo Pérez-Reverte. Los españoles somos unos hijos de Caín.
En momentos como éste me gustaría pedir la nacionalidad en la Embajada de Suiza.
O en la de Sierra Leona, aunque sea.
Pero en momentos como éste, me avergüenzo de ser español.