martes, agosto 05, 2008

Lo dejo (y IV)

Síntomas del mono del tabaco:
  • Intranquilidad, ansiedad. Lo tengo.
  • Irritabilidad, nerviosismo. Bingo.
  • Frustración, Rabia. Ni te cuento.
  • Tristeza, melancolía. La mala hostia no me deja sitio para eso.
  • Dificultad de concentración. Algo más de lo normal, sí.
  • Cansancio, inapetencia por las labores habituales. No, la verdad es que no.
  • Insomnio. Llevo dos días despertándome cada media hora.
  • Estreñimiento. Pues no, pero lo que me faltaba.
  • Dolor de cabeza. Hasta hoy no lo tenía.
  • Intenso deseo de fumar. Desde el puto primer minuto.
  • Aumento del apetito. Podría ser, aunque siempre he sido un poco tragaldabas.
Resumiendo... ¡Deja de fumar! ¡Es bueno para tí! ¡Te sentirás más jodido de lo que hayas estado en tu vida!

lunes, agosto 04, 2008

Lo dejo (y III)

El mundo era un lugar mucho más alegre con tabaco. O la gente no me tocaba tanto los cojones o me sudaba la polla. Sea como sea, era mucho más feliz.

Tengo que intentar averiguar por qué coño estoy haciendo esto. Si yo siempre había dicho que me daba igual palmar a los cincuenta a costa de haber vivido una vida satisfactoria.

Vale, igual con esto me estoy dando cinco años más de vida. Pero si va a ser a costa de mi felicidad no merece la pena. Mejor ser un cadáver bonito que un viejo amargado.

Sea como sea, o se me apaga la mecha o la voy a liar con el primero que pase por delante.

viernes, agosto 01, 2008

Interludio: Lo siento por vosotros

Estimados no fumadores,

Llevo horas entre vosotros y ya os compadezco. ¿Cómo podéis soportar vivir en un mundo así?

¡Todo apesta!

La intensidad de los olores es insoportable. La higiene en las personas es deficiente. El humo de los coches, omnipresente. Los olores de las floristerías, empalagosos.

Me habían dicho que cuando dejara de fumar recuperaría el sentido del olfato. "Ya será menos", pensaba para mis adentros. No creía posible que los olores pudieran tener más intensidad. Ponía por ejemplo una vez, en un vagón de metro en Madrid atestado, que le dije a la jefa "mira, aquella chica lleva el mismo perfume que tú". Aquella chica estaba a 5-7 metros de nosotros y entre medias había 10 o 12 personas. "Menos lobos", me contestó. Pero se acercó a comprobarlo y era cierto.

No es posible tener más olfato que eso, ¿verdad?

Si alguien me hubiera avisado de que sí es posible, de que un olor puede llegar a marear, a ser insoportable, no lo habría ni siquiera intentado. Y si hace nueve años identifiqué el perfume de aquella chica a 5 metros, hoy he notado como un chico se encendía un cigarro a 30 metros.

Todavía no descarto reengancharme voluntariamente (a la vuelta de NY, por supuesto). Como método de protección, básicamente. O eso, o me quemo los receptores olfativos. Ya iremos viendo.

Lo dejo (y II)

Falsa alarma lo del otro día. A las 09:30 ya estaba subiéndome por las paredes. A las 10:00 había cogido el coche para ir al bar del polígono y comprar tabaco.

Pero anoche me fumé otro último cigarro. Ya llevo 13 horas y media sin caer. Y no va mal del todo... pero estoy un poco mareado.

Según la jefa, mis pulmones están procesando más oxígeno de lo normal y tengo un medio pedo por ello.

Todo puede ser. Espero no cambiar el vicio del tabaco por borracheras químicas, pero bueno... ya iremos viendo. A ver si sobrevivo al fin de semana.

Sin recaer al menos.