domingo, mayo 17, 2009

Los hombres que no amaban a las mujeres

Habitualmente, no suelo hacer caso de las recomendaciones literarias de casi nadie. Para gustos, los colores y todo eso. Cada cual tiene unas preferencias, y uno ha nacido rarito. Uno de los libros que más he disfrutado en mi vida es La Biblia, pero como libro de narrativa en lugar de dogma, que uno tuvo la desgracia de caer en el ateísmo un par de años después de la primera comunión. Y una obra alabada por prácticamente toda la humanidad, El Señor De Los Anillos, se me hace cargante, aburrido, vacío por completo. Eh, allá cada cual. Acepto que haya gente que piense que un libro lleno de elfitos andando de un sitio para otro durante quinientas páginas es grandioso, pero para mí fue el argumento para no volver a acercarme a un libro de fantasía heroica en los cuatro o cinco años posteriores a su lectura.

Pero llegó mi cumpleaños y mi más antiguo amigo me regaló un ejemplar de la sopotocientésima edición del libro mencionado.

En condiciones normales, habría dado las gracias cortesmente y habría tardado meses en acercarme al libro en cuestión, si es que hubiera decidido hacerlo finalmente. Pero este libro ya había llamado mi atención -de hecho, más el título de la continuación, la referencia a la cerilla y el bidón de gasolina me resulta cautivadora-, y además el tipo que me lo regaló tiene la cabeza bastante mejor amueblada que el común de los mortales.

El problema es que el libro se presenta claramente como un best seller. Y este tipo de productos me suele hacer pensar que he perdido el tiempo leyéndolos. Aún me duele el tiempo que perdí leyendo esa bazofia infumable del Código Da Vinci. Y Los Hombres Que No Amaban A Las Mujeres... tiene el mismo formato, es el nuevo libro superventas, y antes de darte cuenta de que el libro existe, la película ya está en proceso. Pero ya con el libro en la mano, mi curiosidad veció a mi recelo y me volqué en él.

Las primeras páginas hicieron que tirara mi recelo a la basura. Nos cuentan como un tiburón de las finanzas pega un pelotazo económico que te dan ganas de levantarte de la silla y gritar "olé tus cojones". Pero no tardando demasiado, lo que parece que va a ser un libro de economía-ficción apasionante, se reconduce hacia un mucho más convencional género detectivesco. Da igual. Es un best seller, para cuando te quieres dar cuenta, ya estás enganchado.

Aún no he terminado de leerlo, pero tras haber leído las primeras 100 páginas de las más de 600 que son, ya tengo razonablemente claro qué ha pasado. Puede que me confunda, cierto... pero ya lo veremos. El problema es que según avanza el libro, la frescura del principio se va convirtiendo en un estereotipo con patas. Tenemos el héroe guapetón que se pasa por la piedra todo lo que se menea alrededor suyo, el friki raro pero encantador, el misterio de la habitación cerrada -aunque cambie la escala, no es otra cosa-, cliffhangers varios... ¡hasta la Biblia como inspiración -o algo- de crímenes grotescos!

A ver, no es ofensivo, como podía serlo la patraña del ignominioso Dan Brown. Pero sigue los pasos de multitud de obras previas. Y a su nula innovación se añade una desesperante afición a las listas, en plan "abrió el cajón y vio dos calcetines, un bolígrafo, un libro y tres monedas, y en el armario había dos pantalones, tres pares de zapatos, cuatro chaquetas y siete camisas". O por ponerse a enumerar listas interminables de políticos y empresas suecas. Para otros, no sé. Para mí, es una forma burda de llenar páginas con ruido.

¿Qué tenemos, pues? Un libro entretenido -sí, engancha, como todos los de su ralea-, con un misterio no demasiado misterioso, una narrativa al alcance de cualquiera y una película en ciernes. A ver, mezclemos en la coctelera todos los ingredientes... ¡Coño, un best seller! En su defensa, he de decir que aunque soy plenamente consciente de lo que estoy leyendo, no me siento insultado como con el otro que me niego a volver a mencionar.

Y sí, me está gustando. Y probablemente vaya a ver la película, y hasta me plantee leer la segunda parte si el final de la primera está a la altura. Escasas doscientas páginas me separan de ese momento...

1 comentario:

Vampi dijo...

¿Por que dices que te sorprende que el argumento del libro se vuelque hacia la intriga policiaca? si ya te lo había dicho yo, y Anuska, e Indar... Bueno, de hecho todos, incluida la contraportada del libro!