jueves, octubre 16, 2008

Adictos al té: Earl Grey

Pretendo periódicamente en esta nueva cabecera ir hablando de los brebajes que me meto para desayunar. O para después de comer. O a media mañana. O antes de acostarme.

Sí, lo reconozco, estoy adicto a la teína como muchos otros lo están a la cafeína (por mucho que ambas moléculas sean isómeros). Con la diferencia de que la variedad de aromas que nos ofrece el mundo del té es muchísimo más amplio que la de los cafeteros. Y el borrachuzo que grita por ahí "café irlandés" y "trifásico", le respondemos "té irlandés" (misma receta, cambiando la infusión) y "té americano" (té con leche y licor 43 o ron, dependiendo del local).

Empezamos hoy por el Earl Grey, una de las mezclas más conocidas a nivel mundial. Digo mezcla porque, aunque sí que se toma el té a palo seco (verde, negro, rojo y blanco, habitualmente), es tan frecuente o más tomarlo mezclado con otras hierbas o aromas. La receta es bien sencilla: té negro (habitualmente, de Ceilán) aromatizado con aceite de bergamota (cítrico italiano parecido a una pera). No intenten prepararlo en casa: no sé si se puede conseguir el aceite de bergamota fácilmente ni a qué precio. Se puede conseguir, sin embargo, la mezcla sin problemas en prácticamente cualquier sitio. En Mercadona tienes cajas de 20 sobrecitos (odio los sobrecitos de té, by the way) por poco más de un euro. En las tiendas de té a granel no hay ningún problema tampoco, y debe andar por un par de euros y algo los 50 gramos.


De estas tiendas, por cierto, conozco tres. Una de ellas en Madrid, Tea Time, en la Plazuela de San Ginés nº 2 (al ladito de la chocolatería, muy cerca de Joy Eslava, en la calle Mayor). Otra en Móstoles, El Almazén del Té, en la Avda. de la Constitución nº 43, cerca de la Renfe. Y la más reciente, en Burgos, Klipper, en la Plaza Mayor. En ésta, por cierto, he encontrado Earl Grey procedente de agricultura ecológica. Y he de decir que el ecologismo me toca un poco las pelotas, pero el sabor es notablemente más intenso y el pequeño sobreprecio (cinco euros por 100 gramos) está plenamente justificado. Es un té fuertemente aromatizado y con mucho cuerpo.

Siempre que te identificas como bebedor de té, la gente te sale con lo de las propiedades de las hierbas y blah blah blah. Algunos no nos preocupamos por ese tema, y bebemos las infusiones que nos gustan por el sabor. Nada más. Pero si te interesa, el aceite de bergamota pasa por ser un antidepresivo, lo que convierte al Earl Grey en el equivalente natural del prozac.

Y ya que por aquí somos un poco frikis, señalemos a dos ilustres bebedores de Earl Grey: Bruce Wayne y Jean Luc Picard.

Nivel de adicción actual: 4/5

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