El mundo era un lugar mucho más alegre con tabaco. O la gente no me tocaba tanto los cojones o me sudaba la polla. Sea como sea, era mucho más feliz.
Tengo que intentar averiguar por qué coño estoy haciendo esto. Si yo siempre había dicho que me daba igual palmar a los cincuenta a costa de haber vivido una vida satisfactoria.
Vale, igual con esto me estoy dando cinco años más de vida. Pero si va a ser a costa de mi felicidad no merece la pena. Mejor ser un cadáver bonito que un viejo amargado.
Sea como sea, o se me apaga la mecha o la voy a liar con el primero que pase por delante.
lunes, agosto 04, 2008
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