jueves, junio 17, 2010

Parcialidad

Yo siempre he dicho que la imparcialidad periodística es casi una utopía en este país. Que, como mucho, puedes aspirar a una parcialidad que no te resulte ofensiva al oído. A mí, por ejemplo, Gabilondo me provoca una sensación cercana al ardor de estómago. Pero Jiménez Losantos también. Conozco gente que enferma con El País pero ve Intereconomía (tela), y gente que alaba la independencia de Público (je) y vomita litros de bilis sobre El Mundo.

Hombre, hay ciertos datos en los que es imposible manipular la información. No puedes decir que ayer hizo un sol radiante en Burgos y se alcanzaron los 40ºC cuando hizo un frío de cojones y se tiró todo el día lloviendo. No puedes decir que en la última jornada del Rock In Rio los cabezas de cartel fueron Iron Maiden con Britney Spears de corista cuando todo el mundo vio por la tele que fueron Metallica los que clausuraron el festival.

Pero en el momento en el que el tema ya no es tan objetivo, como la política y sus derivados... oh, boy. Tenemos desde el clásico "Zapatero es un inútil" vertido desde todos los medios de derechas hasta la "historia de esperanza y la realidad de una derecha que da miedo" de Enric Sopena, de El Plural (periódico digital, y progresista, eh).

El problema es que todo lo que tiene que ver con la vida pública acaba politizado. Y, por tanto, dejando la independencia en casa. Y cosas como la economía, que son cuantificables, están sujetas a la manipulación del amigo -o enemigo- de turno. Y los datos que son incómodos para la postura del medio en cuestión, se modifican. O se silencian, que los dos años que tardó El País en mencionar el Caso Guerra fueron de traca.

Yo tengo la costumbre de consultar varios medios cuando una noticia puede ser controvertida. Con lo de Garzón llegué a leerme El Mundo, El País, ABC, Público, La Razón, el NY Times, el Times a secas y alguno más que se me pasa. Y mucha opinión y mucha polla, pero en ninguno leí que, con la ley en la mano, la votación era un trámite, porque todos estaban obligados a votar a favor del cese.

Y ahora tenemos el tema de la reforma laboral. "Aquí hay tema", pensé. Vamos al tajo.

El hecho.
El Gobierno ha sacado por decreto ley una reforma laboral en la que se amplía el uso de un tipo de contrato laboral preexistente, con indemnización por despido de 33 días por año trabajado en lugar de los 45 del contrato indefinido actual.

Los enfoques.
Dependiendo del medio, van desde el catastrofismo hasta el disimulo. Leamos:


El Mundo: El Gobierno abarata el despido
Hombre, abaratar, lo que se dice abaratar... El contrato con despido de 33 días ya existía. Lo que pasa es que su uso estaba limitado a jóvenes que se incorporaban al mercado laboral, a mayores, a parados de larga duración y a algún colectivo más que no recuerdo. Vale, en la práctica, la gente de entre 30 y 45 años que sea despedida a partir de ahora (con 45 días por año, que no hay retroactividad), en su nuevo trabajo podrá ser contratada con este modelo, que incluye un despido a 33 días. Los de menos de 30 y más de 45 ya estaban así, por tanto, nada nuevo.

Conclusiones:
Es más que probable que a partir de ahora, si se puede contratar con 33 días sin problemas, el contrato de 45 caiga en desuso. Por tanto, sí, acaba habiendo un abaratamiento del despido, pero de cara al futuro. La chicha del artículo es razonablemente objetiva, pero el titular tiene un tufillo de "vamos a joder a Zapatero".

El País: El Gobierno generaliza el contrato con 33 días de indemnización.
Técnicamente, el titular es correcto. En la redacción del texto se nota la presencia de unos hermosos pies de plomo, con los que se ha borrado del mismo la palabra "abaratar" y sus derivados. Y ahora parece que "decreto ley" ya no merece el término "decretazo", con el que se referían a todos y cada uno de los decretos que sacó el gobierno del PP. Hasta casi el final, una cierta objetividad con muuuucho cuidadito. Y llega el final:

Según ha afirmado la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, el objetivo de la reforma con "mayor calado en los últimos 20 años" es "reducir la temporalidad excesiva" del mercado laboral español y "fomentar los contratos indefinidos"

Bueno. Vale. Pero el contrato de fomento tiene unos 15 años de antigüedad, ¿eh? Si no era bueno con el PP, ¿por qué es bueno ahora...?

Conclusiones: Bien, una cierta objetividad, pero una redacción precavida para no dejar la sensación de que el gobierno esta tomando una medida impopular o de recortes sociales. No está "abaratar", ni "recorte" y la palabra "social" siempre va después de "diálogo".

---Señores, abandonamos la prensa "moderada" para ir al lado hardcore del kiosco---

Público: El Gobierno pagará 8 días de despido de todos los contratos.
En el vomitivo panfleto de Zapatero Es Guay ya no es que el titular se reenfoque para favorecer o perjudicar al gobierno, es que directamente es mentira. Señores, el Gobierno no paga una mierda. El Gobierno ha cogido el Fondo de Garantía Salarial y ha sacado la pasta para otro fin. Los empresarios pagan todos los meses un dinero para que, en caso de quiebra, los trabajadores puedan cobrar al menos parte de las nóminas que no hayan percibido, y el Gobierno lo utiliza para lo que les sale de los cojones. Es como si cogieran la pasta de la Seguridad Social y la metieran en la Alianza de Civilizaciones.

Más detallitos:

En comparecencia de prensa, junto al ministro de Trabajo tras el Consejo de Ministros que ha aprobado hoy la polémica reforma por decreto, De la Vega aseguró que ésta recoge el "espíritu" de las aportaciones de los agentes sociales.

Claro que sí, hombre. Recoge tanto el espíritu que los sindicatos han convocado una huelga general. Eso sí, aquí no sé ya de quién es la chuleada, si de Púbico o de la Vice, que no vi la comparecencia.

O también:

El Gobierno afronta la reforma desde la responsabilidad y el diálogo, ha asegurado. "Esa es nuestra forma de Gobernar".

Claro. Si los Decretos Ley los presenta el PP, es actitud dictatorial. Si los presenta el PSOE, es responsabilidad y diálogo.

Conclusiones: Público, en su línea. Repugnante, tendencioso sin ocultarlo, y con la misma credibilidad que... no sé, que una mierda. De esa ponzoña lo único que merece la pena es la tira de Manel Fontdevilla. Y a veces, ni eso.

ABC: Zapatero generaliza el despido más barato en su segundo «decretazo»
¡Zas, en toda la boca! ABC toma la misma actitud radical contra Zapatero que los medios de izquierdas tuvieron con el PP y evitan ahora. Ahí está el ansiado término, el "decretazo" que tanto asustaba a Aznar. Y no sólo eso, que también caen perlas del tipo "De nuevo con aspecto de absoluta improvisación y a la espera del Boletín Oficial del Estado y sus oportunas erratas" o "El resultado del decreto no puede quedar más lejos del rimbombante anuncio que hizo Rodríguez Zapatero de que la reforma emprendida iba a hacer historia". La primera impresión es que es una columna de opinión, pero... no, revisamos y parece que no.

Conclusiones: Pues nada, majos. Que mucho criticar la actitud del Grupo Prisa durante el Aznarismo para... ¿caer en el mismo lenguaje provocador y ofensivo? Se suponía que ABC era carca pero elegante (al menos, así era cuando yo lo leía porque lo compraba mi padre), pero parece que lo de elegante ya no.

Y hasta aquí hemos llegado.

Lo siento, pero no voy a entrar en Escolar, o en La Razón, o en demás medios costrosos que me alteran el equilibrio. Después de ABC y Público ya voy a por un Almax, no quiero tener que pasarme una semana desayunando Omeprazol. Si alguien está interesado en seguir con el tema, que vaya por su cuenta.

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