martes, febrero 02, 2010

Pensiones

Sin que sirva de precedente, no me parece que Zetapeich y su gobierno estén desencaminados del todo. No es lo mismo dimensionar un sistema de pensiones en el que la gente se incorpora al tajo a los 15-18 y palma a los setenta y pico que uno en el que no empezamos a currar hasta pasados los 30, y no nos extrañamos de que duremos hasta los ochenta y muchos. Empezamos a producir más tarde, cobramos pensión a partir de la misma edad pero diñamos mogollón de años después. Esto hace aguas lo mires como lo mires. Antes, estabas metiendo pasta 50 años y sacando 10. Ahora metemos 30 y sacamos más de 20.

¿Que habría que mirar las prejubilaciones, los sueldos de los políticos, las subvenciones a causas chorreras y demás? Pues claro. Pero no pensaremos que los que cortan el bacalao van a pensar en el currito de a pie, ¿verdad?

Recuerdo una reunión con el comité de empresa en la última en la que trabajé en Madrid. Parece ser que los beneficios sociales no estaban todo lo bien calculados que debían, y a partir de cierta fecha de incorporación la dirección dijo que se cerraba el grifo. Había dos opciones: o se reducían los pluses para todos o se dejaba de dar a los de nueva incorporación. Los señores de Ugeté, en un ejercicio memorable de egoísmo y falta de visión a largo plazo, eligieron la segunda opción, creando desde ese preciso instante dos grupos entre los trabajadores: los "viejos" y los "nuevos". En una reunión de bienvenida a los novatos, uno que ya no lo era tanto preguntó a un representante sindical el por qué de esta diferencia. La respuesta que nos dio el tipejo, más o menos literalmente, fue que si él tenía que renunciar a una peseta de su sueldo (sí, aún cobrábamos en pesetas) para que cualquiera de nosotros pudiéramos comer, íbamos de culo. Y este tipo era de los que supuestamente velaban por los derechos de los trabajadores (y el responsable de mi absoluta pérdida de fe en los sindicatos españoles, dicho sea de paso). Pensad ahora en si sanguijuelas como directivos de Telefónica o políticos varios aceptarían tener que cotizar 35 años para poder cobrar una pensión como Dios manda.

Vamos, que vayamos asumiendo los 67 como una realidad. Y los que aún estamos por debajo de los 40, en los aproximadamente 20 años que nos quedan para jubilarnos, podemos ir pensando ya en la cifra "70".

(Yo, por si acaso, ya me he planteado eso de "plan de pensiones")

(Ah, y feliz año nuevo)

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