lunes, julio 28, 2008

Lo dejo

Empecé hace una semana a tomar unas pastillas para dejar de fumar.

Te tomas una al día mientras sigues fumando durante una semana. Supuestamente, cuando empieza la segunda semana y dejas de fumar (duplicando la dosis de pastilla, por cierto) no tienes mono.

Quizás no tengo mono. Quizás el mareo que se me ha puesto no es mono, ni la sensación de ahogo que tengo desde poco después de levantarme. Quizás es todo psicológico, como dice la jefa.

O quizás lo que ocurre es que soy una evolución de la especie humana adaptada a la vida en las grandes ciudades. Si a la gente le gusta triscar por el campo, le desquicia Madrid y necesitan oxígeno para respirar, y a mi lo que me desquicia es la naturaleza y adoro Madrid, igual es que yo necesito humo y contaminación para sobrevivir, y dejar de fumar está siendo nocivo para mi organismo.

Sea como sea, mataría por un pito ahora mismo.

Y me pregunto quién coños me mandaría meterme en este embolado...

2 comentarios:

El Tete dijo...

Pues vete acostumbrando, que me han dicho que lo de fumar en NY está chungo...

Anónimo dijo...

Yo tenía un compañero de trabajo en Madrid que me decía que estuvo 3 años currando en Illinois (volvió hace un par de ellos a España) y allí había zonas de fumadores en el curro.

Vamos, que los yankis son más tolerantes que el talibán de Zetapé.