jueves, septiembre 14, 2006

Se está acabando el verano...

...y llega el otoño.

Se acaba la luz que hace daño a los ojos y te obliga a llevar las gafas de sol hasta para ir a mear. Lo cual es un tanto incómodo cuando llevas gafas graduadas, por cierto.

Se acaban los treintaitantos grados por la noche, que te obligan a dormir con puerta y ventana abiertas, despertándote cada vez que pasan borrachuzos postadolescentes a las tres de la mañana, y sabes que tienes que despertarte a las seis para ir a currar.

Se acaba el calor insoportable durante el día, ese que te tiene aplatanado todo el puto día, bordeando la lipotimia. Que encima, como uno es de tensión baja, afecta más de lo normal.

Se acaba el reinado de la canción del verano y los putos ritmos sudacas. Reguetoneros del mundo, que sepáis que cuando conquiste el mundo y me convierta en el tirano supremo seréis ejecutados en espectáculo público retransmitido vía satélite a todos mis dominios. Menos mal que este año he conseguido aislarme bastante.

Se acaban los pantalones cortos y las sandalias. Se acaba el olor constante a cloro y los críos berreando en las piscinas del barrio.

Pues eso, que se acaba el verano. Qué bien. Hoy he escuchado de nuevo una de mis canciones otoñales preferidas, Windmill de Helloween.

8 comentarios:

Ira dijo...

Bien bien...

Un año mas se acerca el otoño... ¿Podremos superar un año mas con exito el sindrome premenstrual masculino otoñal?

jejjeje....

No era por amargarte, lo juro! de hecho tambien a mi me gusta que por fin se acabe el maldito verano... por fin voy a descansar...

Y no te preocupes, si te entra el sindrome, te daré mimos hasta que llegue papa noel ...

Ira dijo...
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Nathanian dijo...

Muy buenas a todos.
Para gustos colores, pero por mi parte la entrada del otoño es como el advenimiento del invierno. Frío, nieve, barro negro, carreteras cortadas, lluvia helada, poco sol. ¿Qué tiene de atractivo el final del verano? El verano es maravilloso. Claro que si alguien vive en una ciudad sin mar entiendo que le pueda resultar triste pensar que mientras la gente disfruta de la playa, él se tiene que conformar con bailar reaggetón con los niños en las piscinas públicas. Todo tiene explicación. Hasta otra.

Anónimo dijo...

Me temo no tiene nada que ver con el tema de la playa, es más, odiamos la playa, que le follen a la playa, a la puta arena que se mete por cualquier resquicio de la ropa e, incluso, por cualquier orificio corporal, y que le den a la inmensidad de borregos que la inundan como si fueran piojos en las greñas de un jipi. Y sí, nos encanta Madrid y no necesitamos que tenga agua alrededor. Por cierto, que a gusto me he quedado jejejeje.

Enrique A. dijo...

Oh, el olor a sal, qué horror...

Y además, los que tenemos alergia al sol, tenemos un motivo adicional para aborrecer el verano.

emma dijo...

Me encanta soborear en mis labios el sabor a sal del mar, en verano, otoño, primavera e invierno y sequiré pisando arena a la mínima oportunidad...me encanta...!

Nathanian dijo...

Oh jarosinhood de los bosques y Mika Vycos! Ojalá os escucharan todos vuestros vecinos de la capi (no exactamente los de vuestras aldeas, sino los que realmente viven en Madrid)y así podríais disfrutar todos juntos en las piscinas que tanto os gustan. Si os puedo ayudar para transmitir vuestro mensaje...
Saludos

Enrique A. dijo...

No, mejor no transmitas ningún mensaje... No veas lo bien que estamos aquí en verano cuando toda la plebe se va a las colonias de Madrid a mojarse el culo...